Agradecemos a los miembros de la HDA que nos cedieran el salón de actos. Fue un acto muy entrañable, hijos y nietos de divisionarios que tanto habían oído contar a sus familiares, tuvieron, con las exposiones de Pedro Pablo Adrados Herrero y del propio autor de la novela, una visión detallada, de cómo era la Rusia de 1941-1943, que se encontraron aquellos jovencísimos españoles. Sin banderias, con el fiel reflejo de los hechos, como se relatan en la novela a través de los ojos del protagonista que un día decidió sumarse de voluntario en la División 250. No podemos juzgar y a veces, ni entender, si no con los ojos de los tiempos en que transcurrió esta historia.
Los asistentes disfrutamos de una magnífica recopilación de fotografías y documentos.
Y el autor, asi ruega en su prólogo: "ruego perdón en nombre póstumo del protagonista, con la inmensa tranquilidad de saber que él nunca quiso molestar a nadie, y contó lo que vió tal como lo sintió en aquellos precisos momentos". ¡Gracias!
Carmen Klecker, Pedro Pablo Adrados Herrero, Pepe De la Iglesia y Rodrigo de la Quadra-Salcedo.
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