Tras la reciente publicación de "Una traición honorable", publicado por Good Books Editores, su autor José Agustín Vicente nos responde amablemente a estas cuestiones:
Cómo nació la idea de Una traición honorable?
La idea
primigenia surgió mientras investigaba en los archivos parroquiales del pueblo
de mi padre, El Cubo de don Sancho. No se trataba de una cuestión religiosa,
simplemente ambos nos propusimos realizar el árbol genealógico de nuestra
familia y aquel era sin género de duda el lugar adecuado. Aprovecho para decir
que la genealogía también tiene un papel destacado en esta novela. El caso es
que entre las páginas de aquellos viejísimos volúmenes encontré multitud de
cosas curiosas, aunque creo que el empujón final me lo dio el registro de un
libro de difuntos que describía la negativa de un sacerdote a enterrar en el
camposanto a un hombre que se había quitado la vida. Puede que el registro
datara del siglo dieciocho o incluso del anterior, no logro recordarlo con
exactitud. A partir de esa idea, fui construyendo el resto de la trama.
La población Garcisancho existió
en la realidad?
La mayor parte de la trama ocurre en Salamanca, por
ser el lugar de procedencia de mis padres, guardo de esa tierra infinidad de
recuerdos infantiles que de un modo u otro se reflejan en los protagonistas. Y
también influye el hecho de que la casa parroquial que sirvió de base para mis
investigaciones genealógicas está ubicada en el pueblo salmantino donde nació
mi padre, que se llama El Cubo de don Sancho.
Garcisancho,
es un lugar ficticio, un pequeño pueblo donde se desarrollan los hechos más
relevantes de la trama. Recibe el cincuenta por ciento de su nombre del pueblo
de mi padre. Está situado cerca de Alba de Tormes, en la ubicación que
consideré ideal para que la traición del carbonero fuera tan probable como
posible.
El título de su novela, encierra
una contradicción ¿es posible que una traición sea honorable?
No sé si la
traición de mi novela es digna de considerarse honorable, pienso que eso debe
decidirlo el lector. Sin embargo creo que bajo determinadas circunstancias y
analizada con
la perspectiva del tiempo, a veces, puede llegar a serlo.
D. José, usted trabaja como
profesor de matemáticas en un centro de educación secundaria. ¿Qué hace un
hombre de ciencias, entrenado en el mundo de las letras, escribiendo novelas?
Creo que la
pasión por los libros tiene poco que ver con la profesión que a una persona le
depara el destino. Siempre he sido un lector entusiasta, y cuando estaba
inmerso en la lectura de una novela a veces pensaba que, si ponía el empeño
suficiente, quizá fuera capaz de escribir una. Durante mi período militar y los
inicios en la docencia escribí algunos manuales técnicos que, visto en
retrospectiva, quizá me inyectaran el gusanillo de la narrativa y la necesidad
de contar historias. Aunque lo cierto es que empecé a escribir muy tarde,
cuando estaba más cerca de los cuarenta que de los treinta.
Sigue el resto de la entrevista en:
http://www.todoliteratura.es/buscador/una-traici%C2%B4%C2%B4on-honorable
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